Volver a Nacer

Él salió de mí y una nueva yo empezó a desarrollarse... .

9/4/20252 min read

Mi parto fue largo y complicado. 18 horas tras haber roto la bolsa, no quería epidural y luego la pedí a gritos. Desgarro grado tres, espisiotomía y mi bebé nació sin respirar... ¿Horrible? No. ¿Visceral? Sí, pero todo lo es desde cuando decidí que quería dar a luz.

Tras haberlo reanimado y controlado rápidamente, me lo pusieron en el pecho, piel con piel, y entonces entendí que nada habría sido como antes, pero en positivo, esta vez.

Pasé por un duro camino de infertilidad, a raíz de un embarazo ectópico me quitaron ambas trompas y mi hijo nació por FIV, no al primer intento.

Todo había sido complicado... todo, hasta que lo vi.

Su cabecita buscando engancharse a mi pecho, como un animalito sin defensas... No puedo decir que haya sido poético porque todo me dolía, literalmente... pero, en ese momento, solamente piensas en él y el resto pasa en segundo lugar.

Mi lactancia no fue fácil, pero, como nada lo fue antes, tampoco fue tan difícil superar los retos.

El peque tenía un frenillo sublingual de tipo tres, con anquiloglosia, que decidimos operar en su segunda semana de vida. Nació con ictericia y mi leche tardó en subir entre 5 y 6 días así que durante muy poco tuvimos que suplementar con fórmula (siempre elegimos métodos respetuosos con la lactancia). Cuando finalmente llegó pudimos suplementar solamente con mi propia leche y, una vez cortado el frenillo, con ejercicios de rehabilitación y el seguimiento de una logopeda, empezamos una lactancia materna exclusiva muy exitosa.

La lactancia es mi gran logro, después de casi 27 meses seguimos sin querer destetar ni yo ni él.

Las dificultades no terminaron allí... .

Durante los primeros meses de vida mi peque tuvo proctocolitis por sospecha de APLV y tuve que hacer una dieta muy estricta quitando la proteína de la leche de vaca y similares. Todo mejoró con la alimentación complementaria.

Tuve grietas, un inicio de mastitis... .

Todo se supera.

Mi bebote ahora sigue con frenillo porque, no obstante todo, se le ha vuelto a pegar un poco, pero es elástico... a veces aprieta y duele, con la salida de los últimos molares muerde, pero estoy logrando que no me haga mucho daño.

La lactancia es mi gran logro. Sé que le estoy haciendo un regalo enorme y él a mí... porque esa sensación de nutrir, alimentar el vínculo emocional, construir el apego seguro... esa sensación genera dependencia y llena corazón y alma.